EL PROBLEMA DE LAS INTOLERANCIAS ALIMENTARIAS
¿POR QUÉ HAY TANTAS INTOLERANCIAS ALIMENTARIAS?
Las intolerancias alimentarias son un problema muy generalizado. Cada vez son más las personas que padecen molestias digestivas y que acuden a consultas de nutrición para buscar una solución.
Hace años, cuando alguien iba a un especialista de digestivo por problemas como hinchazón, gases, episodios de estreñimiento, diarreas, dolor abdominal… todo iba aparar al cajón de sastre del «colon irritable». Otras veces, la prueba del Helicobacter Pylori ayudaba y, hoy sigue ayudando, a solucionar muchos problemas que no eran, ni son, por un colon irritable ni por ninguna intolerancia.
En la actualidad, se han multiplicado por 1000 las personas con intolerancias. Al mismo tiempo, las pruebas para diagnosticar las diferentes intolerancias: lactosa, fructosa y sorbitol, gluten o la prueba del SIBO se realizan a multitud de pacientes.
El aumento de intolerancias alimentarias se debe, en gran parte, al modo de vida actual. El estrés hace que nuestro sistema inmune se vea perjudicado y ello derive en algún tipo de intolerancia. Además, las dietas desequilibradas, los edulcorantes, los productos procesados, los aditivos y el abuso de medicamentos perjudican a nuestro intestino haciéndolo más permeable y como consecuencia existe mayor probabilidad de padecer algún tipo de intolerancia.
¿CÓMO SE ENFOCAN LAS INTOLERANCIAS ALIMENTARIAS EN UNA CONSULTA DE NUTRICIÓN ?
Muchos pacientes vienen a la consulta de nutrición después de haber acudido al especialista de digestivo, allí les proporcionan listados de alimentos prohibidos y permitidos, sin embargo, los pacientes no saben cómo organizar su alimentación, ni tampoco hacer una dieta que cubra todas sus necesidades nutricionales.
Por ello, Teresa Vives, nutricionista, en la primera consulta recoge toda la información posible del paciente. De este modo, elabora una dieta adaptada a su modo de vida, a su gasto energético y, lógicamente, es una dieta específica para su intolerancia.
Evitar aquellos alimentos que contienen lactosa o gluten en los intolerantes a ellos, así como elaborar un plan de alimentación para las personas con malabsorción a la fructosa y sorbitol, SIBO o Helycobacter Pylori es una tarea muy agradecida ya que el paciente al hacer una dieta adaptada a sus necesidades nutricionales y a su patología empieza a encontrase mejor y a poder llevar una vida normal.
No hay que olvidar la educación nutricional ya que tiene un papel fundamental, por ejemplo enseñar a leer las etiquetas de los productos envasados, ya que muchas veces aparecen en algunos que ni de lejos se sospecha que los puedan contener.
Hay que admitir que, para la pronta recuperación del paciente, influye, en gran medida, cómo se encuentra éste a nivel psicológico. El estado de ánimo (ansiedad, estrés…) es un factor a tener en cuenta a la hora de tratar a pacientes con problemas digestivos.
Además, hay que trabajar para poder cambiar, los hábitos incorrectos derivados del estilo de vida actual (comer de prisa, espaciar mucho las comidas, tomar comida basura…). Todas estas costumbres potencian el malestar digestivo.
Un estilo de vida saludable, basado en una alimentación equilibrada con alimentos naturales, y que deje fuera el estrés, es la base para prevenir las intolerancias.